sábado, 6 de diciembre de 2008

Tiempo de cambios, tiempo de asimilación


Seguramente una de las certezas de nuestro tiempo actual es que estamos en un proceso permanente de cambio. Las estructuras se estan moviendo de forma acelerada, y esto es válido a nivel economico, social, laboral y personal, basta solo analizarlo y alli está. Pero no hay que alarmarse, cada cambio trae consigo la estabilidad, cada noche trae consigo la promesa segura de un nuevo amanecer, cada Edad Media augura el despertar de un Nuevo Siglo de Oro.... Los Pérez saben eso y por eso se reunen cada año a celebrar el renacimiento de la vida, del amor, de la fraternidad y la humildad que deriva del profundo saber.... Dios los bendiga a tod@s

De encuentros y reencuentros, de amores y desamores


13 de Enero de 2009

CONOCIENDO A LOS PEREZ

Por cosas del destino y tal vez porque las cosas pasan por alguna razón,  un inadvertido hombre de 170 centímetros de altura, mirada profunda, palabras sensatas y de apellido Pérez, logró cautivar mi corazón. Este hombre es un completo enigma, que seguramente poco a poco descubriré para entrar en su corazón, un corazón aparentemente solitario, pero que en su interior abriga sentimientos profundos de amor y lealtad, que siguen vivos y vigentes a pesar del tiempo y la distancia. Pero esa soledad aparente se esfuma cuando de su familia se trata, y es aquí donde como una total desconocida entro a una realidad familiar espléndida, llena de historias, de situaciones de alegrías y tristezas que se entrelazan con la añoranza del pasado y la esperanza de un futuro.

Qué decir del encuentro de la familia Pérez…? Como invitada de uno de los integrantes de la familia, puedo decir con total tranquilidad que acogen al extraño con cariño, que le brindan toda la hospitalidad de una familia que tiene mucho que ofrecer y mucho que contar, que son cordiales, amables, sencillos y puros de corazón; que todos traen consigo la pujanza de la raza paisa en sus venas, trabajadores incansables, que han sabido querer y trabajar la tierra, que huelen a café, un aroma propio de sus terruños que algunos aún se niegan a abandonar. Los Pérez son una familia que ha sobrevivido a la adversidad, que sus lazos de sangre son cada vez más fuertes, que superan el tiempo y la distancia y que permiten reencontrarse cada año para vivenciar el paso del tiempo y recordar las raíces, celebrar la vida, unir a la familia.

Cada año es un encuentro con los orígenes mismos del ser, esta familia se encuentra consigo misma para evitar el olvido, ese que carcome el corazón y hace que seamos simples de ambulantes del destino, Los Pérez, por el contrario, se niegan a olvidarse, hacen suyo el tiempo pasado, el presente y el futuro, gracias a los relatos que cada día se rememoran de boca de sus mujeres, aquellas acompañantes silenciosas y cómplices del día a día que por años han atravesado cada una de las generaciones de Los Pérez, esas historias que algún día, me atrevo a decirlo, deberán ser contadas, para que las nuevas generaciones perpetúen ésta hermosa costumbre que en buena hora a algún Pérez se le ocurrió y que me ha permitido conocer de cerca la maravillosa historia de una familia no sólo grande en número, sino también grande de corazón, y un pedacito de ese corazón se quedó conmigo, espero que para siempre.

A los Pérez, mis agradecimientos expresados en este escrito, mi forma de expresar ese sentimiento por la acogida cordial y cariñosa, una forma que me permite acercarme para sentirme parte de ustedes, por compartir parte de una historia de vida y de familia que merece mis más profundo y sentido respeto y admiración. 

Con cariño

 

Luisa Fernanda